“YA ME PARECÍA A MÍ QUE ERAS DEMASIADO HUMANA, PARA SER HUMANA”

La Teniente Ripley a Annalee Call cuando descubrió que era un robot (Alien Resurection)


martes, 10 de noviembre de 2015

EL PRIMER CYBORG DE LA HISTORIA ES CATALÁN

EL PRIMER CYBORG DE LA HISTORIA ES CATALÁN


Es nacido en Mataró y su equipamiento cultural lo ha desarrollado en Barcelona, aunque tenga pasaporte británico y se llame Neil Harbisson.

El Sábado, en el contexto de la semana cultural de Barcelona y Catalunya en Shanghai, se organizó una sesión de tres conferencias, cuyo tema común era Barcelona, desde cada una de las especialidades de los ponentes.

Yo elegí un tema al que titulé: “Cómo la imagen de una ciudad puede impulsar la creatividad y viceversa-Los Mágicos años 80”



Y conté la forma en que la candidatura olímpica y el efecto de objetivo colectivo de los catalanes, sirvió como estímulo para las actividades creativas en todos los órdenes artísticos, desde las artes plásticas hasta la gastronomía, y como no podía ser de otro modo, también de la publicidad.

Mi amigo Luis Bassat, me ayudó a rescatar tres spots de aquella época creados y producidos por nuestra agencia, y que ganaron premios por todos los festivales nacionales e internacionales por los que pasaron.

La audiencia era muy mestiza, más o menos a tres tercios, entre americanos, catalanes y chinos.

Me funcionó muy bien el experimento de pasarlos en versión original y pedirles que si no los entendían solo con lo visual, me lo dijesen y se lo traduciría; porque quise enfatizar así, que la definición que entonces se hizo de nuestra creatividad publicitaria se resolvía con una palabra: SIMPLICIDAD. Y que la fuerza de las imágenes hacían innecesarias las palabras.

Los spots en cuestión eran (por orden de aparición):

Lavadoras Philips (peces)
Generalitat de Catalunya (mezcla alcohol y gasolina, mata)
Loto 6/49. (Despertador)

Fue fantástico, porque aunque la producción se veía bastante viejuna (no en balde les han pasado 3 décadas por encima), los conceptos siguen teniendo una gran rotundidad.

Aplaudían a rabiar.

Pero, no me he puesto a escribir este artículo para contaros lo bien que me fue y me lo pasé dirigiéndome al personal que asistía, sino porque las charlas las abrió un personaje extraordinariamente singular que me dejó tocado y con muchas ganas de saber más del tema que presentó.

Su nombre es Neil Harbisson, y se autodefine como el primer Cyborg de la historia.



Cibernético y Orgánico. De esa mezcla emerge Neil.
Este hombre nació con un problema genético y es que su cerebro no podía registrar los colores, por lo que para él la vida era como en las películas de los años 30, en blanco y negro; nos ilustró con ejemplos, como que él nunca supo que la hierba era verde, el cielo azul o el limón amarillo.

Nos enseñó que las banderas de Francia, Irlanda e Italia eran iguales y unos cuantos ejemplos más muy ilustrativos y presentados con un gran sentido del humor que nos hizo divertirnos mucho.

El hombre se pasó unos cuantos años de su vida persiguiendo médicos a los que les pedía que le insertasen en el cráneo algún tipo de artilugio (es más fino llamarlo dispositivo) cuya tecnología pudiese acoger un software que fuese capaz de interpretar los colores y transmitírselos al cerebro, para poder disfrutar de la vida tal como es: en color.

Generalmente se encontraba con una negativa basaba en prejuicios de tipo ético. Por cierto, me pregunto a que velocidad habría podido ir nuestro desarrollo como seres humanos si no hubiésemos tenido que vivir tantísimos siglos sojuzgados por los malditos guardianes de las religiones. Menos mal que el descrédito en el que estos sujetos caen a diario les está restando sin contemplaciones la mayor parte de su “autoridad moral”.

Neil no desfalleció a pesar de las muchas negativas con las que se encontró, hasta que encontró un médico en Barcelona dispuesto a jugarse su reputación a un acto de valentía tal como crear el primer cybor de la historia. Como le dije a Eric, “estás haciendo realidad algo que yo siempre he considerado que era ciencia ficción”.

Y a partir de ese momento se sometió a una serie de delicadas operaciones de tipo neurológico que finalizaron en la implantación en su cráneo y su conexión con diferentes puntos en su cerebro de un dispositivo, con el que va por la vida tan contento.

Y va contento, porque ese aparato que podéis ver en la foto, registra los colores y se los interpreta para que su cerebro los procese.

Desde el año 2004, su vida cambió y él puede ver los colores como cualquiera de nosotros.
Pero como el hombre es creativo e inquieto, desarrolló un programa, junto con un diseñador de software, según el cual el color le sugiere diversas formas y combinaciones y con ellas pinta unos cuadros muy coloridos. El siguiente paso fue que el color se interpretase en notas musicales, y viceversa.

Y se ha convertido en un CYBORG-ARTISTA. Si se te acerca con el chisme que lleva delante de la frente, lee el color de tus ojos y sus cambios cromáticos según los mueves, y va creando una partitura que luego convierte en un cuadro.

O bien te enseña dos cuadros y te dice: mira este es el discurso de Martin Luther King y este el de Hitler. Y con el fondo de los discursos, ves como el espectro de las notas se va transformando en colores.  

También me impresionó que se fue al Palau de la Musica de Barcelona que es extraordinariamente colorido, y a partir de esa explosión de color, compuso una partitura.

Además, se ha aplicado un aparato de iluminación en un diente, de tal modo que cuando necesita una linterna, no tiene más que abrir la boca. Con su peculiar sentido del humor nos decía que tuvo que conseguir aprender a manejar el diente porque al masticar le iba saliendo luz de la boca de forma intermitente. Aunque luego confesó que acabó por quitárselo porque era un latazo. 


Como tampoco podía ser ajeno al hecho de que Internet forma parte de nuestras vidas, ha incorporado una conexión de Internet al dispositivo de tal modo que está en contacto con sujetos de diversas partes del planeta, y siente lo que está sucediendo a ciertas personas en los cinco continentes, y comparten entre ellos sus experiencias.

El tipo es genial, y consecuentemente, ha sido recibido por una gran nómina de celebridades mundiales, a las que les hace sus “retratos cybercreativos” con su partitura correspondiente.

Su éxito le ha llevado a crear una fundación desde la que ayuda a resolver problemas que puedan tener otras personas mediante el diseño de Cyberaparatos para insertárselos y poder resolver sus problemas o hacerles acceder a experiencias insólitas para ellos.

Nos contó el caso de una mujer que está en contacto con la corteza terrestre y que siente la actividad sísmica del planeta. Dice ahora que en su cuerpo hay dos latidos, el del corazón y el de la tierra…

Si queréis, aquí hay un clip de menos de 4´ en el que podéis ver como lo explica; bastante mejor que yo, por cierto.

http://www.cyborgfoundation.com/ 


Y, para terminar la fiesta nos comimos un par de butifarras catalanas, mientras los de Vilafranca nos obsequiaban cargando unos cuantos castells

























P.S.: Acabo de recibir un mail de Neil, en el que entre otras cosas me comenta sobre mi charla: 

“…no me había dado cuenta de que sin la existencia del deporte Barcelona seria otra ciudad...”

No se me había ocurrido verlo desde ese punto de vista, pero es muy cierto.


Shanghai, 9 de Noviembre de 2015.


martes, 3 de noviembre de 2015

LA CONCERTISTA DE GUITARRA CLÁSICA QUE VENDE CABALLOS CARTUJANOS

CUENTOS CHINOS. DE VERDAD

LA CONCERTISTA DE GUITARRA CLÁSICA QUE VENDE CABALLOS CARTUJANOS

Hace unos días me invitaron a un concierto que daba un cuarteto de cuerda en una galería de arte.

El planteamiento era muy interesante, porque se trataba de un cuarteto compuesto por dos catalanes (2º Violín y Chelo) y dos pequineses (1er. Violín y Viola), rodeados de una obra pictórica de una artista pequinesa Li Wei, que desarrollaba una interesante técnica puntillista aplicando tinta sobre lienzo de seda punteado.




El tamaño de la sala hizo que los alrededor de 50 asistentes que éramos nos sintiésemos privilegiados.

Al ser un concierto así como familiar, los artistas fueron explicando cada obra que iban a interpretar, y de ese modo, descubrí a un músico italiano del barroco que no conocía y que me resultó un auténtico hallazgo y cuya música disfruté hasta la última corchea.

Se trataba de Teodorico Pedrini, religioso que decidió ser misionero y se fue a China, donde estuvo más de 30 años en la corte imperial. Fue un personaje muy apreciado y muy bien considerado, y a su música siendo puramente barroca se le adivina un ligero toque oriental.

El cuarteto nos deleitó con dos piezas, compuestas por él hace 300 años, una de ellas concretamente en 1701.

El programa continuaba con el inefable Wolfgan Amadeus.

Interpretaron el Requiem que fue su última obra, y que no pudo completar porque falleció antes de terminarla. Sergi el Chelo, nos anunció que sólo tocarían hasta la Lacrimosa que es lo que Mozart compuso. El resto lo obviaron porque fue acabado por sus discípulos.


Por cierto, tanto en las piezas de Pedrini como en el Requiem, hay ciertos escalofriantes solos para Chelo



que aparte de erizarme la piel, me hicieron recordar a una joven publicitaria sevillana que conocí hace unos años, Belén Moreno, y que alterna su creatividad, entre la publicidad y el susodicho instrumento. Un día tuve la suerte de que tocase para mí…bueno y para unos cuantos más y pensé que esta mujer tenía por delante un hermoso futuro musical.

Luego la América de Dvorak, completó el programa.

No hubo necesidad de pedir un bis, porque en este tipo de conciertos el bis ya viene ensayado y preparado. Y esa fue una gran sorpresa de la noche.

Yo tenía sentado delante de mí a un tirillas chino con barba de chivo, (Se aprecia, aunque levemente, en la foto), gafitas redondas y vestido con pajarita blanca.


Le llamaron al escenario y explicaron que había sido el arreglista de las piezas de Pedrini y que había arreglado también una pieza que un músico Shanghainés de la primera mitad del siglo XX, compuso en 1949 y que quiso con ella recrear el ambiente de la vida en la época decó de los años 20s y 30s.

A mi me pareció que el ritmo era un 3x4 que se corresponde con el típico de los valses. Y allí nos “vinimos todos arriba”, como nos recuerda la publicidad que tiene que sucedernos en estos tiempos modernos. Y con ese cierre, alcanzamos el techo que la belleza, la estética y la plástica nos tenía reservado para ese día.

Al salir, me fui al puente sobre el Río Suzhou, al que aquí llaman the creek (el arroyo), para mirar desde allí el skyline de Pu Dong, que como mi amigo Albert Creus sabe bien porque lo ve desde su casa, es una de las imágenes más bellas del Shanghai nocturno. Por cierto, durante las últimas semanas hemos tenido una obra en ese distrito y eso nos ha obligado a hacer largos recorridos nocturnos en Taxi y disfrutar de la enorme belleza urbana de esta gigantesca metrópoli.

Pero no os voy a hurtar la anécdota que da título a este articulillo.

En el intermedio del programa musical, nos invitaron a un vinito, que dado que una de las propietarias de la galería es francesa, se trató de un "Chatea algo" de Burdeos, bastante rico. Aunque, esta vez en lugar de canapés fueron unos aperitivos chinos, equivalentes a nuestros ganchitos de queso, de los que no haré comentario.

Se me acercó una señora que me preguntó si yo hablaba español, (¿tanto se me nota, sin haber articulado una palabra?), y me dijo que ella era Americana y que su profesión “principal” era concertista de guitarra clásica. Le pregunté por su magnífico español y me dijo que se había trasladado a vivir a Granada, porque al ser la patria de Andrés Segovia, quiso ir allí a impregnarse de su espíritu y a ver si se le pegaba algo. 

A mí no me sonaba que Segovia fuese granadino, aunque es verdad que debutó artísticamente y vivió mucho tiempo en esa ciudad por lo que probablemente ha quedado ligado a la hermosa Granada para la historia.

Efectivamente, he buscado su biografía y he visto que nació en el mismo pueblo que mi padre, Linares, como dice el saber popular, “donde tres huevos son dos pares”.

Y la señora (siento no recordar su nombre) me explicó que desde que se trasladó a una ciudad en la que la guitarra está omnipresente, su conocimiento del instrumento había aumentado mucho.

Charlamos un rato sobre, Segovia, Yepes, Regino, y como no podía ser de otro modo, salió a la conversación el Maestro Joaquín Rodrigo. Yo le conté una anécdota que me sucedió una vez en el Palau de la Música de Barcelona. Y es que fuimos a ver una interpretación del Concierto de Aranjuez, en la que el solista era un guitarrista que estaba considerado el mejor intérprete argentino de ese concierto y que lo llevaba tocado más de 500 veces ante audiencias de todo el mundo. Ella me preguntó si se trataba de Ernesto Bitetti. Yo le contesté que creía que sí, pero que de lo único que me acordaba es de que su apellido era italiano, como el de tantos argentinos. Bueno pues este buen hombre, se quedó en blanco en medio del concierto y no pudo seguir, porque se encontraba totalmente perdido. Se levantó, nos pidió disculpas al público, se acercó al director de la orquesta, le pidió que reiniciasen en un compás concreto, y la volvió a cagar. Repitió el mismo ritual de disculpas y finalmente pudo acabar el concierto.

La señora me dijo que eso pasaba de vez en cuando, pero que normalmente cuando les sucede suelen compensarlo con una improvisación que el público no entiende y alucina y al director le vuelve loco. Y me contó que su marido que era Violonchelista de la orquesta de Philadelphia, se quedó una vez en blanco tocando a Stravinsky, y se puso a improvisar. El director trató de seguirle, pero el hombre le tomó gusto a su improvisación y durante un buen rato volvió loco al director y a la orquesta, hasta que volvió a la partitura. El público agradeció mucho la improvisación y le premió con una gran ovación.

Así transcurría la conversación cuando la pregunté qué hacía en Shanghai. Cual no fue mi sorpresa cuando me dijo que había venido a vender unos caballos cartujanos.

- Perdón, ¿y que tienen que ver los caballos con la guitarra?.
- Nada, pero tengo unos amigos que tienen caballos y como yo hablo mandarín he venido a ayudarles a vendérselos a los chinos, que se pirran por estos pura sangre.

- Y ¿Dónde aprendiste mandarín?

- Aquí en Shanghai. Es que yo formaba parte del cuerpo diplomático de la embajada norteamericana, y nos enseñaban el idioma con un método que en 6 meses lo aprendíamos. Teniendo en cuenta lo que me cuesta a mí aprender cada nueva frase no me creí una palabra acerca del sistema en cuestión. Pero ella me aseguraba que era un método que tenían en la Embajada y que es rechazado por las escuelas de idiomas porque les fastidia el negocio.

Bueno, no sé que sería verdad de todo esto, pero me pareció una extravagancia que una concertista de guitarra clásica Norteamericana, y residente en Granada, estuviese vendiendo caballos cartujanos en China.

Como dijo el ingenioso hidalgo: “Cosas veredes Sancho que farán fablar las piedras”

Shanghai, 4 de Noviembre de 2015