“YA ME PARECÍA A MÍ QUE ERAS DEMASIADO HUMANA, PARA SER HUMANA”

La Teniente Ripley a Annalee Call cuando descubrió que era un robot (Alien Resurection)


domingo, 29 de septiembre de 2013

EL DR. KHOO Y EL DR. GUÓ


EL DR. KHOO Y EL DR. GUÓ

Ya he comentado en alguna otra ocasión como en China a las personas mayores no se las excluye del mundo del trabajo, sino más bien al contrario, se considera muy positivo lo que pueden aportar a ese mundo desde su experiencia y madurez (un anglosajón lo llamaría seniority).

A mí me dijeron aquí que hasta que no tenga 70 años no se me considerará “persona mayor”.

Me parece brutal, que esta semana me haya enviado alguien por Facebook, un letrero de esos que te piden adhesión, contra la discriminación por edad en el mundo laboral a los mayores de 40 años. He alucinado pensando que esto se esté produciendo. A mí me pareció un disparate que se me liquidara del mundo de la multinacional a los 59, en pleno uso de mis facultades mentales y profesionales.

Hoy quiero contar el caso de dos doctores chinos con los que he tenido relación últimamente.



Ayer fui con Lola al hospital por un tema dermatológico en el cráneo. Nos atendió el Dr. Khoo.

Estuvo con nosotros cerca de una hora y fue una maravilla de tiempo el que disfrutamos con él. De entrada nos preguntó si preferíamos que nos atendiese como lo haría un médico joven o a su estilo de Doctor de 75 años con toda la experiencia del mundo a sus espaldas.

Preguntado sobre cual sería la diferencia, nos dijo que el joven nos haría un montón de pruebas de todo tipo. Sangre, biopsia, análisis de piel, y no sé cuantas cosas más, para al final decir que no estaría seguro para emitir un diagnóstico certero al 100%.

En cambio él seguiría el método del ensayo y error, pero que partía de dos supuestos diagnósticos posibles de los que en su opinión, uno de ellos sería el que más probabilidades tenía de ser. Y que si en un par de semanas no había mejorado la dolencia, aplicaría el segundo diagnóstico. Os podéis imaginar que la seguridad que nos inspiró el personaje, nos hizo decantarnos por esta segunda opción, la que yo llamaría “La voz de la experiencia”.

Nos hizo esperar mientras nos preparaban las medicinas (cosa normal en los hospitales chinos), y aprovechó para contarnos su propia historia.

Decía que hace 100 años China era muy distinta de ahora y que el régimen medieval en que se desarrollaba la sociedad rural, hacía que la gente pasase hambre, entre otras penalidades. Su padre que era agricultor, a los 17 años decidió emigrar a Malasia, donde trabajaba de sol a sol, pero al menos se podía permitir ciertas comodidades que le permitieron criar a 11 hijos. El hombre nos decía: “Piense que entonces había muy poca información y parecía normal que cada dos años naciera un niño nuevo”.

Mi padre quiso que alguno de sus hijos no trabajasen en algo tan físico y tan duro como la agricultura, y me envió a Singapur a estudiar medicina.

Bueno, el murió a los 90 años y dijo haber sido feliz.

Ahora yo me he propuesto vivir un año más que mi padre, o sea 90+1. Y para eso tengo que controlar que mi by pass no me juegue una mala pasada.

El año pasado fui médico de crucero, como ese que se hundió en las costas de España(?). Y lo pasé muy bien, pero trabajaba todos los días. Mi esposa me dice que un hombre de 75 años debería trabajar menos. Y yo he decidido hacerle caso, y ahora solo trabajo “4 DÍAS A LA SEMANA”.

Esto se lo digo para que cuando vuelvan dentro de 15 días llamen antes para asegurarse de que estaré aquí.

El Dr. Guó, es otro setentón, que habla inglés mucho peor que el Dr. Khoo, pero que irradia una simpatía extraordinaria. Ya ha venido varias veces a casa a tratarnos a unos y otros de cosas de índole menor.

El personaje llega a casa sin prisa (he comprobado que es una característica de estos doctores mayores), y charla mucho con nosotros acerca del diagnóstico y la solución propuesta y mientras tanto va contando anécdotas y chistes chinos malos, que al final acabamos muriéndonos de risa, porque su propia carcajada es contagiosa.  

Pues bien, el Dr. Guó me preguntó la hora (21.30) para ver si le daba tiempo a ir a la farmacia a comprar mi medicina y traérmela a casa.

Le dije que no se preocupase que yo la podía comprar al día siguiente porque hay una farmacia muy cerca de casa, etc. etc.

A lo que él me contestó: Esto lo tengo que hacer yo porque es mi obligación.

Cada día se aprenden cosas nuevas. 

sábado, 21 de septiembre de 2013

30 EMPRENDEDORES ESPAÑOLES TOMARON SHANGHAI A INICIOS DEL SIGLO XX


30 EMPRENDEDORES ESPAÑOLES TOMARON SHANGHAI A INICIOS DEL SIGLO XX

Era la época en la que se estaba yendo a la porra aquello de que “En el imperio nunca se pone el sol”.

Ya estaba prácticamente desmoronado cuando algunos de los empresarios españoles que vivían en Filipinas, decidieron pasarse a Shanghai que a principios de siglo era una tierra de promisión y donde Franceses, Ingleses y Norteamericanos se repartían la naciente ciudad. Los japoneses llegaron más tarde a terminar de fastidiar la fiesta.

He tenido ocasión de ver alguna foto de la primera década del siglo en la que posaban orgullosos los 30 empresarios españoles.

De estos, me interesa destacar la labor de dos de ellos, que quedó aquí ligada a la historia de esta ciudad, y de hecho aún quedan testimonios de su vida aquí.

Uno de ellos fue un arquitecto que hizo una sustantiva contribución a la modernización de la arquitectura de la ciudad. Estoy hablando de Abelardo Lafuente.

El Sr. Lafuente fue uno de los empresarios que se trasladó aquí después de haber invertido parte de su vida en Filipinas y en una de las reuniones del grupo de emprendedores españoles, conoció a un personaje singular originario de Granada que tuvo una gran influencia en su vida y en su obra.
Este hombre era Antonio Ramos y ha inscrito su nombre en la historia de la ciudad de Shanghai, por haberse atrevido a algo que nadie fue capaz de hacer. Traer el cine a China.

Este hombre hizo una apuesta por esa nueva industria que emergía a principios de siglo, y para ello creó el primer local de exhibición cinematográfica de China.

Naturalmente, como ocurrió en otros tantos países, el cinematógrafo -con pianista en el escenario incluido- fascinó a la sociedad shanghainesa, y ante el éxito de su primera sala, el Sr. Ramos llegó a construir hasta siete salas de exhibición, que le hicieron millonario, lo cual a principios de siglo no era algo baladí y por supuesto, nada fácil de conseguir.

Su amistad con Abelardo Lafuente le llevó a encargarle algunos de sus locales, y esa pareja llegaron a conmocionar a los vecinos de Shanghai, con su atrevimiento, tanto en lo que se refería al continente como al contenido de los locales que iban construyendo.

Hace unos días hablando con mi amigo chino Alberto Yu Yu, me decía que en Shanghai debemos el haber descubierto el cinematógrafo a un español. Y yo le dije que sí, que conocía la historia de A. Ramos y la de su relación con el arquitecto A. Lafuente.

En una conferencia que dio aquí un arquitecto estudioso de la obra de Abelardo Lafuente, aprendí que este hombre había trabajado para hoteles, clubs, centros de ocio, viviendas, y demás edificios, de los cuales todavía queda una bonita muestra por las calles de Shanghai.

Y según voy conociendo la obra de este hombre, crece mi admiración por él, porque resultó ser algo que a mí me gusta mucho ser y a Lola en su trabajo también: UN ALMA INQUIETA E IRREVERENTE.

Se ponía las convenciones por montera y diseñaba edificios que nadie antes se había atrevido a diseñar.

La que yo creo que es su gran obra en esta ciudad (aunque pequeña en dimensiones físicas), le fue encargada por su amigo Antonio Ramos, para que fuese su residencia de verano en el barrio de Hongkou, al noreste de la ciudad.

Claro que estos dos juntos eran eso que en el lenguaje coloquial decimos “muy peligrosos”, porque hacían cosas que ponían nerviosos a sus coetáneos.

Y el amigo Antonio Ramos le pidió que le reprodujese algo de su querida Alhambra para sentirse más cerca de casa aquí en Shanghai. Abelardo ni corto ni perezoso le diseñó un edificio con su patio y todo, al que dotó de columnas y ventanas mozárabes, así como de cerámicas azules con dibujos absolutamente andalusíes.

Ayer, Lola y yo nos fuimos a buscar el edificio en cuestión y cuando lo encontramos, quedamos maravillados ante semejante testimonio de irreverencia de dos españoles en China.





No nos permitieron entrar al patio, pero hicimos un par de fotos del edificio, de las ventanas y de la cerámica.







Había una placa conmemorativa, y me fui a verla con mucha ilusión, pero no era lo que yo esperaba. Los chinos se han apropiado de esta historia que os estoy contando y en la placa decía “Former residence of H.H.Kong”. La de la foto loa al tal H.H.Kong.





He querido, desde mi modestia, reivindicar a estos dos personajes a los que los chinos han ninguneado de mala manera.

Por cierto, cuando Antonio Ramos decidió jubilarse, vendió sus cines, y se volvió, a no poder terminar de gastar todo su dinero, a su querida Granada, donde pasó los últimos años de su vida.

Y Abelardo Lafuente, quizás influido por su cinematográfico amigo, se fue a California, donde hizo un edificio para un estudio de cine, y como le estalló el crack de Wall Street en la cara, decidió volverse a Shanghai. Como todos sabéis en esa década no había aviación comercial y en el largo viaje en barco atravesando el pacífico pilló unas fiebres de las que no pudo recuperarse, llegando a su queridísima Shanghai, donde murió al poco de ingresar en el hospital.   

domingo, 15 de septiembre de 2013

«EL HOMBRE NACE LIBRE.....


«EL HOMBRE NACE LIBRE, PERO EN TODOS LADOS ESTÁ ENCADENADO»
(JEAN-JACQUES ROUSSEAU)

Ayer estuve viendo una película danesa cuyo título me echaba un poco atrás: En kongelig affære (Un asunto real), porque me temía que pudiese ser un culebrón con el rey encamado con todas las sirvientas de palacio y todo ese tipo de cosas propias de un vodevil. Pero me puse a verla porque la sinopsis decía tratarse de las vicisitudes de la corona danesa ante la ola de pensamiento procedente de Europa llamada “La Ilustración” y a la que, en mi opinión, tantísimo debemos. 



La película la dirige un tipo del que no había oído hablar en mi vida (Nikolaj Arcel), y al que se le nota muchísimo la influencia de Joe Wright, el director que ha llevado al cine las novelas de Jane Austen, porque entre otros lugares comunes, hay un baile, la naturaleza cuando sale es impresionante y hay pasajes musicales a solo de piano. Al finalizar, los créditos decían que estaba producida por Lars von Trier, y entonces comprendí todo.

Estuvo propuesta al óscar como mejor película de habla no inglesa y lo perdió a favor de Amour del austriaco Michael Haneke.

La película en cuestión explica el fracaso del primer intento de revolucionar la sociedad danesa desde el pensamiento de Rousseau y de todo el movimiento de la Ilustración, que felizmente dio origen a la toma de la Bastille en 1789.

Cuenta como el rey Cristian VII, un rey frívolo y fatuo donde los hubiese, se ve influenciado por el pensamiento “Ilustrado” de su médico personal y trata de transformar la sociedad danesa de una estructura puramente medieval a una situación humanista como propugnaba la Ilustración.

Como es histórica y ya se sabe el final, se puede contar que ese intentó fracasó por la acción conjunta de las fuerzas de la involución constituidas por el clero (como no!), los nobles, y todos aquellos que veían peligrar su situación de privilegio. 

Se cortaron cabezas, se produjeron destierros y se destituyó al Rey Christian VII, a favor de un hermano bastardo.

Los títulos finales, explican como Dinamarca volvió a vivir en la oscuridad de la Edad Media, mientras Europa abrazaba el movimiento humanista de la Ilustración. Y también como el hijo del rey depuesto con la ayuda de su padre, vuelve a tomar el poder, y aunque con retraso consigue que las teorías del médico que aconsejó a su padre,Johann Friedrich Struensee, se impusieran como modelo para la sociedad danesa, aunque fuese con retraso respecto a Francia o Alemania.

Por cierto, muy interesante el manejo de la propaganda y del instrumento de la censura en todo este proceso, descrito en la película.

Lo interesante del asunto, reside en la actualidad del tema, porque aunque con otros nombres, estamos viviendo una situación parecida.

La clase social media accede a una cuota de poder nunca antes detentada, y el establishment se rebela, y crea una situación económica insostenible que empobrece a la clase media y le recorta todo su poder, así como todas las conquistas sociales logradas a lo largo de más de medio siglo. Y naturalmente, como no podía ser de otro modo, la Iglesia medrando y sacando tajada de todo el proceso.

Si os animáis a ver la película, veréis la correspondencia entre el final del siglo XVIII y el principio del XXI         .

Tendremos que volver a invocar a Jean-Jacques Rousseau.  


lunes, 2 de septiembre de 2013

LOS CHINOS Y EL DINER0


CUENTOS CHINOS. DE VERDAD

SECCIÓN PROVERBIOS Y DICHOS

Hoy voy a tratar de un tema al que los chinos incluyen en la categoría de “sucio”. Me refiero al dinero.

A lo largo de los siglos, la cultura china ha considerado el dinero como algo perturbador del espíritu humano. Me decía mi amigo chino: “Es que los chinos somos un poco hipócritas con muchas cosas, porque todo el mundo quiere tener mucho dinero pero nadie quiere mencionar esa palabra” : “Qian” pronunciado “Chen”.

Yo le preguntaba… y si quiero ofrecer a un chino un negocio para que gane mucho dinero…¿qué le digo?. Pues dile que es un negocio de alta rentabilidad pero no menciones la palabra sucia.

La cosa llega hasta el punto de que tienen una expresión muy compleja compuesta de tres caracteres para eludir el uso de la palabra dinero.

La pronunciación aproximada sería. Hcong Fan Shun

Y la traducción correspondiente, es decir lo que el chino dice con esa expresión es:

EL HERMANO MAYOR DEL AGUJERO CUADRADO.

Y es que las monedas antiguas, eran redondas y en el centro tenían un agujero cuadrado. 

Es algo tan inscrito en la memoria cultural de China que el Bank of China tiene como logotipo al “agujero cuadrado”, como podéis ver en la foto.



Por cierto, los sujetos que están sentados a la puerta del Banco te ofrecen (ilegalmente, por supuesto) cambio de moneda extranjera a mucho mejor tipo que el propio banco. Naturalmente, ni se os ocurra dejaros seducir por ese canto de sirena, porque seguro que os dan billetes falsos (hay muchísimos en circulación).

Pues bien, una vez explicado todo esto, existe un dicho que es el equivalente a nuestro “Poderoso caballero es don dinero”, y que en este país se formula así (pronunciación):

Iou qian nang shü cueí tuí mo

CON DINERO PUEDES HACER QUE EL DIABLO EMPUJE EL MOLINO

Bonito, verdad?