“YA ME PARECÍA A MÍ QUE ERAS DEMASIADO HUMANA, PARA SER HUMANA”

La Teniente Ripley a Annalee Call cuando descubrió que era un robot (Alien Resurection)


sábado, 22 de diciembre de 2018

A PROPÓSITO DE LA CORRUPCIÓN

A PROPÓSITO DE LA CORRUPCIÓN

Es un término tan genérico que se aplica a tantas actuaciones en las que median transacciones, que me resultaría muy difícil tratar de encontrar una definición para el término.

Me voy a permitir la asunción de que la corrupción es inherente al propio ser humano, y que existe desde el inicio de los tiempos.

En mi opinión, la corrupción es el resultado del carácter inseguro del humano, y radica en la obtención de seguridad y sobre todo de poder. 

Desde que existe el intercambio, y la competitividad, existe “ganarse el favor” mediante un agasajo o un regalo

He proclamado a los cuatro vientos siempre que me han dado la oportunidad, que el ser humano se mueve por tres grandes motivaciones principales: La Vanidad, la Codicia y el Sexo. 

Después existen multitud de otras motivaciones o submotivaciones. Pero estas tres son capitales. 

Hoy me centraré en la vanidad y la codicia, pues en ellas se encuentra el origen de lo que hoy llamamos corrupción.

Hablar de la otra motivación fundamental me “pone” mucho, pero lo dejaré para otro día.

El agasajo es un instrumento fundamental en el desarrollo de lo corrupto. Pues estimular la vanidad es la motivación más primaria para obtener el favor del agasajado. 

El siguiente paso en este desarrollo es el regalo. 

Y aquí entra la importancia de la codicia como motivación. Está tan extendida que es muy difícil encontrar a alguien que nunca haya aceptado en su vida algún pago de alguna comisión, alguna corruptela menor en forma de regalos navideños (o en otra época), o que la haya practicado para agradecer que le hayan puesto el primero en una cola o cualquier otro beneficio de poca monta.

La tradición del regalo está intrínsecamente ligada a la obtención de un beneficio a cambio, aunque sea tan insignificante como otro regalo de más o menos el mismo valor, o como una caricia emocional en el lomo del ego. 

Y de esas inocentes minucias, vienen luego los 3% o los 10% o los 15%.... Y es algo que nos parece tan natural, que solo nos escandaliza cuando el monto es desproporcionado, en comparación con nuestro patrimonio personal. 

Por regla general, el que más se escandaliza es el que menos tiene, quien según asciende en la escala social, va “comprendiendo poco a poco” que los otros tengan esas ventajas a las que también él pretende aspirar porque su ascenso por dicha escala va justificando que vaya entrando en la misma rueda. 

Y esa rueda nos lleva a los grandes montos sujeto y objeto de la práctica corrupta. 

Así las cosas, nos encanta que de vez en cuando metan en la cárcel a un tipo que consiguió por métodos corruptos millones de Euros y que se merece el encierro mucho más que nosotros que solo obtuvimos un jamón de bellota por Navidad.

Me he preguntado en muchas ocasiones cual es el origen de la institucionalización de la corrupción. 

Y aquí es donde vivir en China te da una perspectiva diferente sobre algunos conceptos que los occidentales tenemos cualificados de una manera y los chinos cualifican de otra muy distinta. 

Un día un amigo chino me dijo: Para nosotros la corrupción no está mal vista pues viene de la época de la dinastía Song y se aceptaba como un formato de remuneración “por los servicios prestados” que ha seguido vigente hasta nuestros días. 

Naturalmente, con la apertura económica de China, de la que estos días se celebra el 40 aniversario, el término está siendo sometido a revisión, aunque las comisiones y “modificadores de voluntades” sigan estando a la orden del día en ese país, como sé muy bien por haberlo visto cada día a mi alrededor. 

Sabemos que los chinos inventaron “cosas” echando mano al término que gustaba utilizar nuestro anterior presidente del gobierno para ensalzar las características de los catalanes. 


Y que algunas de esas cosas que hacían los chinos fueron decisivas para la posterior evolución de la humanidad: La pólvora, las cometas, la pasta… 

Pero también inventaron algo muy importante, aún vigente en muchas sociedades occidentales, y que dieron lugar a lo que hoy conocemos como corrupción. 

Y ese invento son las hoy llamadas oposiciones a cargos funcionarios del Estado.  

A principios del siglo VII de nuestra era, en plena dinastía Song, se consolidaron los “Exámenes de Palacio”, para elegir desde miembros del Gobierno, hasta funcionarios de otro rango, dando así oportunidades a otras clases distintas de la Aristocracia de la que hasta esos tiempos se nutría el Estado. Por ese motivo, hay quien hoy en día se ha atrevido a calificarlos como el inicio de los pilares del concepto democracia. Yo no tengo criterio suficiente ni capacidad de análisis histórico como para confirmarlo o rechazarlo. 

Pero el hecho es que esos Exámenes de Palacio, fueron el instrumento de “Selección de Personal Cualificado” hasta principios del siglo XX. Después en el año 1927 comenzó la guerra civil que ya sabemos todos como acabó, y se inició la meritocracia política de carnet. 



Estos famosísimos exámenes (repito, hoy oposiciones al Estado), fueron el embrión de la corrupción político-económica. Porque era tradicional que los padres de los nuevos funcionarios organizasen “Banquetes y Pagas” en muestra de gratitud. 

Naturalmente, las recomendaciones, sugerencias y hasta compras del cargo en caso de aprobación del examen, estaban a la orden del día. 

Actualmente, Xî Jimping ha decidido limitar y reducir el nivel de corrupción de la sociedad China. Digo limitar y reducir, porque él dijo que acabaría con la corrupción, pero la historia, el arraigo social, la tradición y los casi catorce siglos de historia de la corrupción, lo hacen muy difícil. 

De vez en cuando ejecuta a un par de altos funcionarios a los que “se les ha ido un poco la mano”, para transmitir un mensaje de “Ay como te pille” y a ver si así, con indirectas, como diría Gila, alguien se da por aludido y deja de “poner la mano”.  

En Europa, este sistema de asignación de cargos públicos comenzó a mediados del XIX. De forma natural, el sistema “corruptivo” tuvo una implantación muy rápida y, como todos sabemos, adquiere su mayor esplendor en la segunda mitad del XX.

Yo diría que los españoles, comenzamos nuestros ensayos en este territorio allá por el XVI, como consecuencia de los enormes montos que se movieron por la conquista y esquilmación de las Américas, por lo que no hemos tenido una gran necesidad de aprender de los chinos, pues nuestro desarrollo de la materia ha dado auténticos doctorados; y esta palabra la utilizo sin dobles interpretaciones.  

Llegados a este punto, te pregunto querido amigo y lector de este articulillo: Conceptualmente, filosóficamente hablando, ¿no es tan corrupto el de los millones que el del jamón? ¿El que paga o regala, que el que lo recibe? ¿O que el que cobra por intermediar?

Dejo a tu intimidad tu propia respuesta a la pregunta.

Mientras tanto y dadas las fechas te deseo un buen año nuevo y en el que, si te regalan tres jamones, mejor que uno solo. 

Un abrazo. 


Bellaterra, 22 de Diciembre de 2018.