“YA ME PARECÍA A MÍ QUE ERAS DEMASIADO HUMANA, PARA SER HUMANA”

La Teniente Ripley a Annalee Call cuando descubrió que era un robot (Alien Resurection)


jueves, 27 de febrero de 2014

EL RESTAURANTE OROTAVA DE BARCELONA

EL RESTAURANTE OROTAVA DE BARCELONA



Ayer pasé por delante de una taberna Lizarrán situada en Barcelona en la calle Consell de Cent, esquina a Rambla de Catalunya, y Lola y yo estuvimos comentando, que ahí estaba hace años Orotava, un restaurante clásico del Ensanche de Barcelona, donde se comía muy bien y cuyas especialidades brillaban en época de caza.

Aún conservan en la fachada a la altura del entresuelo una cerámica esmaltada que les hizo Joan Miró en 1993, en el que dice algo así como “Restaurante Orotava que abans es deia L’Hostalet”. Una joya del arte del pintor catalán que sería un crimen no conservar.

Recuerdo que el propietario Josep María Luna era muy amigo de Roldán Martínez, que fue un publicitario ilustre que brilló con su Publicidad Mediterránea durante los 70s y 80s, y al que se le otorgó un título que creo que nadie más ha vuelto a ostentar: Cavaller de la Publicitat (Caballero de la Publicidad), y que fue un gran experto en la vida y conquista de Hernán Cortés. Ahora seguro que desde su molino en Lleida le dedicará muchos de sus pensamientos al ilustre conquistador extremeño.

Un día estuve con los dos, Roldán y Josep María, y me contaron que eran amigos desde niños, porque siendo mozalbetes solían corretear por la Rambla de Catalunya, y esto me lo contaban a unos años de dedicarse a la buena vida del jubilado, a modo de resumen de una amistad de varias décadas.

Recuerdo una anécdota que viví con Josep María Luna, en una ocasión en la que fui a comer con un grupo de colegas y nos ofreció un aperitivo…¿que les parece un bloody Mary?, y yo le contesté:

-       “… vale pero sin vodka”.
-       Pero ¿quiere que le deje el jerez?. 
-       Ah, ¿es que lleva jerez el bloody Mary?
-       El mío, sí
-       ¿Y se lo dejo preparado con la pimienta la sal y el tabasco?

-       ¡¡¡Qué rico está Josep María!!!
-       Como todo lo que yo hago.

Luego no me pude resistir a su “patata cosaca” para acompañar el Bloody, perdón!,  Sherry Mary que es como se ha bautizado a esa combinación de zumo de tomate con jerez.

Por cierto lo de la patata cosaca era un invento de Josep María para cobrar una patata asada a precio de oro, porque la acompañaba con unas huevas de caviar de Beluga.

Otros restauradores se han inventado el gazpacho con bogavante (10 grs.) para poder cobrar el líquido aperitivo a precio de cuatro tenedores.


Que grandes y listos son los chefs!!!!

miércoles, 19 de febrero de 2014

LAS LENGUAS MÁS HABLADAS DEL MUNDO

LAS LENGUAS MÁS HABLADAS DEL MUNDO

Hace unos días se publicó la estadística referida a la  penetración de las lenguas más populares del mundo.

First languages spoken, globally

1 Mandarin 12.4%
2 Spanish 4.9%
3 English 4.8%
4 Arabic 3.3%
5 Hindi 2.7%
6 Bengali 2.7%
7 Portugese 2.6%

Tal como yo había leído hace ya unos años, el número de nativos hispanoparlantes supera al de anglo parlantes.

Y me pregunto ante semejante hecho, ¿por qué, entonces, el primer idioma vehicular de las relaciones entre los diferentes países es el Inglés en lugar del español?

Ya sé que es un poco ingenuo hacerse esta pregunta, y que la base de la respuesta se encuentra en el hecho del dominio territorial político que los ingleses ejercieron durante los siglos XVIII y XIX y los norteamericanos durante el XX.





Pero me gusta remontarme al siglo XVI, cuando Felipe II se había propuesto conquistar Inglaterra, y la reina Elisabeth I, se sentía en una inferioridad de condiciones tal, que ya veía su reino en manos del rey español.
A esta reina la llamaron la reina virgen, porque su celo por el gobierno de su reino era tal, que no tuvo otro hálito vital para destinar a placeres corporales como los que produce el sexo o trascendentales como la reproducción de la especie. Hasta el punto que cuando los ingleses se establecieron en el Nuevo Mundo denominaron Virginia al lugar en el que se establecieron, en honor a la famosa reina. Por cierto, bellísimo estado norteamericano desde el punto de vista de su geografía y naturaleza.

Felipe II envío desde Lisboa una escuadra naval a la que se denominó “La Escuadra Invencible”. Era tal la seguridad que se tenía sobre la victoria sobre el ejército inglés.

¿Cuál no fue la sorpresa de la Reina Virgen y sus generales, aquel famoso 22 de Julio de 1588, cuando supieron que la Escuadra se retiraba de vuelta a Lisboa, después de un buen intercambio de disparos de cañón, y que una vez consumidos los víveres y municiones por ambas partes de la contienda, la Armada invencible decidió volver rodeando Escocia e Irlanda (por no cruzar de nuevo el Canal de la Mancha), con sus efectivos duramente diezmados por no haber podido afrontar una tempestad que hundió buena parte de la flota?

Se decía entonces que el problema de los barcos españoles es que tenían muchas dificultades debido a su diseño para navegar “contra el viento”, y que ese fue el factor decisivo, que hizo exclamar a Felipe II, aquella famosa frase: “Yo he enviado mis barcos a luchar contra los ingleses, no contra los elementos (atmosféricos)”

Muchos de los soldados y marineros murieron a consecuencia de esta tormenta, pero hubo un grupo que consiguieron salvar sus vidas y refugiarse en las costas del Sur de esa isla conocida como la isla verde, y por su nombre político de Irlanda.

Y aquí os voy a referir una anécdota personal vivida con algunos descendientes irlandeses de los soldados de la Armada Invencible.

En el lejano Abril de 1989, tuve una reunión internacional de uno de esos clientes globales que teníamos en la agencia, en una localidad de la costa sur de Irlanda, que aunque no estoy muy seguro, creo que se llamaba Kinsale.

La noche de la primera reunión, nos llevaron a un restaurante típico de la zona, donde un grupo folclórico amenizó la sobremesa.

Naturalmente, no fui ni mucho menos el último en ponerme a bailar con las mozas del lugar.

Una de ellas, me dijo que me enseñaría unos pasos de baile que tenían un aire español y que había practicado desde que era niña. En esos pasos reconocí los de la Muñeira gallega, y la joven incluso se lanzó a chapurrear unas palabras en español.

Al cabo de un rato, me confesó que era descendiente de españoles, y más concretamente de los que rescataron 401 años antes cuando el desastre de nuestra armada.

Es mi opinión que este fue el primer hito que hizo perder la supremacía de nuestro idioma.

No me voy a poner ahora a analizar la decadencia española que tuvo lugar durante el siglo XIX, pero la realidad es que mientras nosotros no dábamos abasto para tapar las vías de agua del imperio principalmente las de Latinoamérica, abiertas mientras nos distraíamos peleando con los franceses. Y más tarde las de Filipinas y Cuba, los ingleses primero y los americanos después ocuparon ese espacio que fuimos perdiendo dada la mala gestión de nuestros monarcas.

Ahora ya no parece que la cosa vaya a tener arreglo.

Aprendamos Mandarín e Inglés lo más rápido que podamos.


domingo, 2 de febrero de 2014

LA GASTRONOMÍA Y LA CIVILIZACIÓN CHINA....

CUENTOS CHINOS. DE VERDAD

La GASTRONOMÍA debe de haber sido un componente fundamental de la CIVILIZACIÓN CHINA, o no habría tanta variedad.  (Qiu Xiaolong)

SOBRE LA GASTRONOMÍA DE HUNAN

En China, como sucede en todo el mundo, lo de “sentarse a comer” es un acto mucho más social que de supervivencia física. Y forma parte del ADN de la civilización china desde hace muchos más años que su correspondiente occidental. Y me he animado a escribir acerca del tema por una serie de experiencias vividas en un par de restaurantes representativos de la gastronomía de Hunan.

Aquí también, como en el resto del mundo, sucede que la cocina es regional. Los chinos han dividido el país en ocho regiones gastronómicas, de las que Hunan es una de las provincias más representativas, por su enorme variedad y por la “intensidad” de sus platos.

También, como en el resto del mundo, aquí no se habla de restaurantes chinos sino según sus orígenes regionales.

Nosotros al salir a la calle de la oficina, nos encontramos con un restaurante Sanghainés, otro Manchú (del norte) en el que hacen cordero asado como en Castilla…bueno parecido, dos de Taiwan, que aunque ellos dicen que no son chinos, los chinos opinan lo contrario (un día hablaremos de este tema), una miríada de locales (de barrio y de mercado-tenemos uno a 100 mts.), y los inevitables italiano y de shushi.

Cuando compartíamos oficina con un socio en el barrio de Caohejing Hi Tech Park, teníamos en la puerta un restaurante (gestionado por una familia) de Hunan. Apenas ocho mesas, aunque si se presentaban ocho comensales inesperados y no cabían…se les hacía sitio en la calle. Por cierto el tipo que mira a la cámara es un mendigo que pasaba por allí pidiendo algo de comer.



Nosotros que seguimos manteniendo la costumbre de comer hacia las dos de la tarde, cuando ya casi todo el mundo ha comido hace un buen rato, en muchas ocasiones nos encontrábamos al dueño tumbado en una hamaca entre las mesas, lo cual no le resultaba impedimento para servirnos la comida. (Este día le despertamos de su sagrada siesta, pobrecillo!)



Detrás de él presidía una foto de Mao Ze Dong (Mao Tse Tung decimos nosotros pues se aproxima bastante a la pronunciación china). Uno ya se ha acostumbrado a ver la efigie del gran timonel por todas partes, pero en este caso hay otra razón aparte de la obvia; y es que el caballero en cuestión era originario de esa provincia, lo cual henchía de orgullo a la familia.

Nosotros bautizamos al restaurante con el nombre de “El Guarro”, no os voy a explicar la razón. Pero si os voy a aconsejar que cuando vayáis a un restaurante chino, no os acerquéis por la cocina a no ser que estéis en un restaurante de lujo, de mucho lujo.

Un día hablando con un cliente, le tuvimos que hacer dos cocinas en su casa. La normal, para cocinar “casual” y la de cocinar especialidades chinas. La quería aparte porque el tinglado de olores, aceites, humos, fritangas, vapores, y ahumados que se organiza suele ser notable y solo lo aguantan los cocineros porque ni los mismos comensales chinos están por la labor.

A nosotros el restaurante, nos llegó a caer muy simpático, después de haber renunciado a entrar en la cocina, cosa que hicimos una vez, y después de haber escuchado toda suerte de explicaciones para justificar lo que nosotros habríamos calificado de dudosa higiene. Pero vamos, esto de la higiene es un problema endémico del país, que poco a poco se va afrontando, aunque muy leeeeeentameeeente.

La provincia de Hunan está atravesada por el río Xiang y tiene el lago Dongting. Geografía acuática que aporta gran riqueza y variedad de pescados y verduras.

De hecho a la provincia se la llamaba “la tierra del pescado y el arroz”, y esa variedad de productos hacen una cocina muy rica, cremosa y húmeda. Y que cuenta con una característica muy diferenciadora, cual es el uso del chile y el ajo.

Al principio, lo del picante te resulta una experiencia un poco difícil, y siempre vas pidiendo por favor que… bù là 不辣 (sin picante). Pero como sucede con tantas otras cosas de la vida, después pasas a i diân diân lá  有点辣 (poco picante), y luego a no decir nada y cuando te preguntan si lo quieres lá contestas que Duì Duì对对Sí, sí.

Volviendo a la cosa social de “ponerse a comer”, ya es sobradamente conocido que a los chinos les gusta comer en una mesa circular con una plataforma móvil en el centro en la que se acomodan los platos a degustar de los que cada uno se va sirviendo a su gusto. No es frecuente eso de que cada uno tiene sus dos platos, pan, vino y postre. Sino que se van pidiendo platos al gusto de todos los comensales, que asimismo se comparten por todos.
Lo único que recuerdo parecido en nuestro país creo que se da en Valencia donde es costumbre comer el arroz directamente de la paella, y quizás también en Galicia a la hora de comer marisco.

Cruzando la calle en la que vivimos Kaixhuan Lu, tenemos uno de estos restaurantes Hunanenses, donde hace unos días fuimos a comer. Restaurante familiar donde una señora tomaba las comandas, servía los platos preparaba la factura y cobraba. Éramos algo más de 20 personas repartidas en las distintas mesas, por lo que nos preguntábamos como la señora podía atender a tanta variedad de servicio. Claro, os podéis imaginar la respuesta: mal.

Bueno, pues llegaron 6 personas con unas cuantas maletas, pidieron su comida y como vieron que iban a tardar un rato en servirles, se lo tomaron con filosofía y se dedicaron a otro acto social muy popular en China. Sacaron una baraja y se pusieron a “echar una brisca”.