“YA ME PARECÍA A MÍ QUE ERAS DEMASIADO HUMANA, PARA SER HUMANA”

La Teniente Ripley a Annalee Call cuando descubrió que era un robot (Alien Resurection)


viernes, 13 de marzo de 2015

DE BARCELONA A SHANGHAI. EN EL TRÁNSITO DE DUBAI SE ME HA VENIDO A LA CABEZA.





DE BARCELONA A SHANGHAI. EN EL TRÁNSITO DE DUBAI SE ME HA VENIDO A LA CABEZA.

¡Que buenas han sido las vacaciones!
Los hijos, los amigos, las comidas, nuestra casa de Bellaterra, nuestro piso de Madrid.
Y ¡que enorme decepción sentir lo que pasa en España, en Catalunya... quizás sea mucho decir que también en Europa!

Haber visto, sentido, metabolizado, sufrido:

   La incultura, la mediocridad, la falta de un objetivo común. 
   El espanto de la TV. Desde los realities toscos y burdos de tele cinco a los "pseudo intelectuales-políticos-basura de la sexta"
   La impunidad del estamento dominante, que no gobernante. Antes de salir de vuelta a Shanghái, han retirado a los jueces que acosaban al PP, y estos con una indecencia que duele hasta físicamente se ríen de todos nosotros e insultan a nuestra inteligencia intentando hacernos creer que esto forma parte de la normalidad de la vida del país, así  como también que es un hecho “incuestionable” que la crisis es cosa del pasado y que esto ya es el país de las maravillas. ¡Que poco importa que sigan 4,5 millones de personas desesperadas sin trabajo y sin forma de ganar el pan de sus hijos!
   Y cómo siguen los diálogos de sordos entre posiciones políticas encontradas. 
   Y cómo, tanto el presidente del Gobierno de España como el de Catalunya continúan su viaje desesperado a ninguna parte, perdiendo cada día apoyo en la calle como demuestran todas las encuestas.
   Y cómo, la aparición de un discurso ético (aparentemente), aunque teñido de ingenuidad, dispara las alarmas del establishment y los componentes de este, encaminan todo su esfuerzo a decir que al fin y al cabo son como ellos. Y se quedan tan anchos. Que tristeza de argumento: "Sois tan sucios como nosotros. Solo que nosotros llevamos mas tiempo y nos hemos forrado mas".
   Y el partido de la oposición incapaz de enhebrar un discurso que pueda interesar a las personas. 
   Y de que modo, cada día se “dictan" leyes (pasadas por el rodillo) que recortan nuestras libertades.
   De que modo mienten, con que descaro, con que desdoro, con que impunidad.
   Y vamos comprobando cada día como los medios de información están más maniatados, más secuestrados, más adorando a los becerros de oro inculcados desde los palacios de los Gobiernos, sea el de la Moncloa, sea el de la Plaça Sant Jaume. Aunque tengamos la fortuna de que aún existan algunas (las menos) excepciones. 

Lo que el totalitarismo consiguió a base de tortazos y mala leche, estos sinvergüenzas lo están consiguiendo con la omnipresente propaganda. Pero se trata de conseguir lo mismo. Esclavizar a una mayoría para enriquecer a los privilegiados. La casta los llaman ahora. Los pata negra los llama un amigo mío que lleva ya mucha vida vivida. 

¡Que horror! ¡Que ganas de huir de todo esto! ¡Que ganas de no volver! 

Acabo echando de menos este otro país en el que vivo ahora, con sus terribles defectos:
con su superpoblación, su poco afecto por los derechos humanos, su falta de transparencia, su carencia de libertad de expresión. Pero también, con su imparable marcha hacia el objetivo de conseguir el bienestar de una población que se incorpora a la buena vida de 100 en 100 millones de personas. Pronto serán 800 millones los que compondrán la clase media, esa que todos sabemos que es la que mueve la economía de mercado, y crea el estado del bienestar; y que en nuestro meridiano se encuentra en franco peligro, por la codicia de unos pocos a los que les sobra de todo, excepto humanidad.
Aquí se enfrentan dos sistemas, y ya no tengo duda de cual es el ganador. 

Nuestro mundo de bienestar se tambalea, agoniza, y no se molesta en buscar alternativas al desastre. 
¿Qué importa que nuestros hijos sean la primera generación que va a vivir peor que la de sus padres?
¿Qué importa que hayamos desarrollado una sociedad de opulencia relativa insostenible?
¿Qué importa que estemos haciendo agonizar los recursos del planeta? 
Como decía un titulo de vieja película: "Toma el dinero y corre". Ese es el único plan, esa la única estrategia. Ese el único planteamiento táctico. Y el que llegue tarde, peor para él. ¡Que se hubiese espabilado!

Mientras tanto seguimos adorando a un montón de millonarios corriendo en calzoncillos por el césped dando patadas a una pelota, y enfrentándonos entre nosotros dependiendo de su habilidad para corretear y decir más estupideces, cuanto más se las ríen los medios.

¡Que pena, penita, pena! que decía la Lola de España.

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