“YA ME PARECÍA A MÍ QUE ERAS DEMASIADO HUMANA, PARA SER HUMANA”

La Teniente Ripley a Annalee Call cuando descubrió que era un robot (Alien Resurection)


domingo, 22 de julio de 2018

DEL RUISEÑOR DE SHANGHAI AL MIRLO DE BELLATERRA


CUENTO CHINO. DE VERDAD

Cuando nos trasladamos al barrio de Changning en Shanghai, fuimos a uno de esos complejos de 8 edificios de 20 plantas cada uno, cerrados a cal y canto y donde por el hecho de vivir allí cerca de 1.000 familias -unas 3.000 personas- teníamos a nuestra disposición una serie de servicios que nos facilitaban la vida…a su manera. 

Ya he comentado varias veces que, en contra de lo que puede parecer cuando se muestran fotos de esa megalópolis, Shanghai es una ciudad con muchísimas áreas verdes. Nosotros en un radio de un par de kilómetros teníamos 3 parques a cuál de ellos más frondoso. 

Nuestro “model building” contaba también con una buena proporción de arbolado, lo que facilitaba que compartiesen su vida con nosotros numerosas aves. 

Una de ellas era un ruiseñor, que los amantes de los volátiles saben que es un “pajarillo” (como diría Félix Rodríguez de La Fuente), que disfruta cantando a todas horas del día y especialmente de la noche. 

Al principio nos resultaba muy agradable escuchar los trinos de nuestro vecino volador, sobre todo porque compensaba el tronar de los escapes de los Ferraris que salían del concesionario de coches de lujo que estaba en la misma calle que nuestro piso. Por cierto, el capitalismo salvaje en que se basa la economía china, hace de Shanghai una de las ciudades con mayor número de Ferraris por Kilómetro cuadrado del mundo. 

Pero al cabo de un tiempo, esos trinos te penetran el cerebro, sobre todo cuando la llamada al sexo del maldito pajarraco (ya no es pajarillo) se perpetra a las 3 de la madrugada. 

Entonces comprendes el titulo de aquella antigua novela “Matar a un ruiseñor”, porque ha despertado en tí el instinto asesino. 

Pues bien, hete aquí, que nos volvimos a vivir a nuestra casa de Bellaterra, rodeada por vegetación y arbolado y donde por las noches el silencio duele, cuando vienes de vivir en una ciudad tan gigantesca como Shanghai. 

Que agradable resultaba despertarse con los trinos de un mirlo negro con el pico amarillo-anaranjado (o sea como todos los mirlos), que había establecido su guarida en un chopo que plantamos junto con otros cinco más cuando construimos la casa. La idea entonces era conseguir un poco de aislamiento visual del vecino de la casa de al lado, y por otro recordarnos nuestra ancha Castilla donde crece este tipo de árbol, en cuanto ve un hilillo de agua corriente, aunque no pase de la categoría de arroyo.    

Al mirlo le gusta cantar a la alborada, o sea con la primera luz del día, supongo que para aprovechar el tiempo porque “la mirla” no debe ser fácil de conquistar, a juzgar por la insistencia de los trinos.

Y os aseguro que son unos trinos preciosos, que no sé como la mirla no se conmueve y se pone a la faena y así hacernos el favor de hacerle callar a los diez minutos. 

Pero parece que cae en tal embeleso que le deja en modo concertista durante todo el maldito día. 

En los meses de primavera te hace mucha gracia despertarte casi a la vez que el mirlo y te afeitas con una música preciosa, en lugar de la obscenidad de las noticias de la radio o la tele. 

Pero en verano, el primer rayo de luz atraviesa Bellaterra a las 4.30 a.m. y como además somos muy ecológicos y nos gusta dormir con la ventana abierta en lugar de poner el aire, el puto trino del puto mirlo te abduce de los brazos de Morfeo a esa hora y de buen grado le descerrajarías un tiro a ese vecino de apenas 15 cm de largo. 

En cualquier caso, sigue siendo mejor que te despierte un mirlo que el camión de la basura que, al menos en la ciudad de Shanghai, tenía la costumbre de hacer su trabajo a esas mismas horas. 

Bellaterra, 22 de Julio de 2018. 

8 comentarios:

  1. Genial mi querido Jesús, me has hecho reír con ganas! Cuando yo vivía en una casa con un gran parque (3500 mtrs de verde propio y mucho árboles) de madrugada nos despertaban las calandrias, que como tu dices, los primeros 15 días era un jolgorio, al día 16 yo
    ya trataba de aprender como se construye una honda para reventar al pobre pajarillo.

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  2. Oye, me sales como "unknown". No me acuerdo de nadie con ese hombre. Jajaja

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  3. jajaja, qué bueno. Magistral, querido Watson. Esto me recuerda que alguien me contó alarmado que había un magestuoso árbol lleno de pájaros que se creían el Orfeón Donostiarra en un pueblo del Empordá donde tiene una casa un afamado escritor cuyo nombre silenciaremos aquí. El guirigay debía de ser monumental, y al escritor le abandonaban las musas y se ponía de los nervios. Total, que el árbol fue sacrificado a las musas tras algún que otro forcejeo vecinal y medioambientalista y ahora ya tenemos una plaza dura más. Señor, la vida. Tu cuento chino me ha parecido precioso, Mo Yesu.

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  4. jajaja, qué bueno. Magistral, querido Watson. Esto me recuerda que alguien me contó alarmado que había un magestuoso árbol lleno de pájaros que se creían el Orfeón Donostiarra en un pueblo del Empordá donde tiene una casa un afamado escritor cuyo nombre silenciaremos aquí. El guirigay debía de ser monumental, y al escritor le abandonaban las musas y se ponía de los nervios. Total, que el árbol fue sacrificado a las musas tras algún que otro forcejeo vecinal y medioambientalista y ahora ya tenemos una plaza dura más. Señor, la vida. Tu cuento chino me ha parecido precioso, Mo Yesu.

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  5. jajaja, qué bueno. Magistral, querido Watson. Esto me recuerda que alguien me contó alarmado que había un majestuoso árbol lleno de pájaros que se creían el Orfeón Donostiarra en un pueblo del Empordà, donde tiene casa un afamado escritor cuyo nombre silenciaremos aquí. El guirigay debía de ser monumental, y al escritor le abandonaban las musas cuando qpretendía explayarse en su oficio, y se ponía de los nervios. Total, que el árbol fue sacrificado a las musas tras algún que otro forcejeo vecinal y medioambientalista y ahora ya tenemos una plaza dura más. Señor, la vida. Tu cuento chino me ha parecido precioso, Mo Yesu.

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  6. Hola Enrique. Me ha entrado tres veces tu comentario. O sea, tres veces bueno. Un abrazo. J.

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