CUANDO LA PUBLICIDAD GARANTIZABA LA
LIBERTAD DE EXPRESIÓN.
¡¡¡QUE TIEMPOS AQUELLOS!!!
Siempre he participado de la idea de que la Publicidad
garantiza la libertad de expresión en los medios masivos de comunicación.
El hecho de que los medios masivos se financien en una parte
muy sustantiva por la explotación de su espacio o tiempo publicitario,
fortalece la independencia editorial de los medios al tener que reportar
exclusivamente a un consejo de administración o a un consejo editorial que
puede ser tan plural o independiente como el medio desee.
Algunos de nosotros en España (los que ya hemos pasado la
frontera de los 55 años) hemos vivido en un país en el que toda la información
estaba controlada y por tanto al servicio del “partido único” que regía los
destinos del país. Haciendo que el pensamiento único fuese el que imperaba en
los medios.
Con la democracia y el desarrollo económico los medios
adquirieron libertad al no depender necesariamente de ninguna tendencia
política ni ideológica.
Yo, que ahora vivo en un país en el que el gobierno controla
por completo los contenidos expresados masivamente a través de los medios, doy
fe de la enorme diferencia que existe entre unos medios libres y otros
controlados.
Y hemos podido disfrutar de esa libertad de expresión,
mientras que el pensamiento político era más fuerte que el económico, y
mientras los tres poderes del Estado eran independientes.
“El imperio de la Ley” se llamaba a esa situación. Los
poderes políticos regulaban el mundo financiero, y la Ley más o menos respondía a lo que el
pueblo demandaba, si pensamos que el Parlamento y los otros dos poderes estaban
constituidos en sus representantes.
Pero el poder económico ha crecido y se ha ostentado en el
mundo a través de sus instrumentos, representados fundamentalmente por los
mercados de valores. Y en la medida en que crecía este poder y las habilidades que
lo manejaban, la inteligencia política disminuía.
Y todo comienza colocando a un actor de películas de serie B
al mando del país más poderoso del mundo, al que se le utiliza como hacen los
ventrílocuos con sus muñecos. Desde entonces y vista la experiencia, el
desinterés de los intelectuales por militar políticamente ha hecho del mundo
político, el paraíso de la mediocridad. Y los grandes pensadores que la
política ha tenido durante el tercer cuarto del siglo XX, han cedido sus
posiciones a un gran ejército de mediocres (intelectualmente hablando), cuyos
méritos principalmente han sido gozar de buena memoria para fechas, números y
datos, y en algunos casos haber sido buenos funcionarios del Estado en la peor
acepción del término. (Naturalmente, hay algunas, aunque pocas, honrosas
excepciones)
Y, conscientes de su incapacidad, han reclutado a los
insignes líderes del poder económico para que les hagan el trabajo sucio, en
forma de Ministros y Comisarios de Economía y de Finanzas.
Y así nos luce el pelo.
Se cambian las leyes sobre la participación empresarial,
para poder ejercer el control ideológico, político y económico de los medios.
Se empieza porque ciertos medios locales norteamericanos son
adquiridos por inmobiliarias para poder crear opinión a su favor y en contra de
los ecologistas y demás sujetos molestos a la impunidad depredadora de los
genios del ladrillo, y se acaba con lo que se podría calificar como golpe de
estado en la sombra perpetrado con el gran crack del año 2008, que se carga
todos los status quos habidos y por haber, y muestra que el poder real no está
en los parlamentos del mundo occidental, ni muchísimo menos en las necesidades
y deseos del pueblo.
Y en la Europa fuerte se colocan títeres iletrados que pasan
la vida de escándalo en escándalo sin despeinarse, y en algunos otros países se
cambian primeros ministros elegidos por el pueblo por tecnócratas de la
economía que nadie sabe de donde vienen ni por qué se han puesto en su lugar,
aunque sí que se sabe muy bien hacia donde van.
Y, esta larga divagación me lleva a lo más penoso de todo,
que es el motivo de este pensamiento. La pérdida de independencia de los
medios.
La destrucción de las fuentes de financiación, han llevado a
las empresas editoriales a vivir de la subvención y del crédito oficial, porque
la publicidad ya no les llega. Y esa “supervivencia económica dependiente”, les
ha llevado a destruir la estructura de capital de sus empresas, de la que el
humano no era ni mucho menos menor.
En la Televisión vivimos el pensamiento único de pan y
circo, y cuando sale alguna honrosa excepción, podemos confirmar cómo el
gobierno (o su partido) pide a la propiedad que cambie su línea editorial o la
licencia de emisión corre peligro. Ocurrió con los informativos de Tele 5 en
época de Aznar y ahora le está ocurriendo a la sexta en época del campeón de la
mediocridad. Cada día vemos en peligro los programas de los “disidentes con la
doctrina oficial”.
Y también hemos leído sobre el acuerdo al que se ha llegado
con El Mundo y El País para que cesen su acoso al presidente del Gobierno y
modifiquen su línea editorial a su favor. Y el partido del Gobierno para
asegurarse de que vaya a ser así hace la operación más vergonzosa de
intervención del pensamiento libre que he visto en mi larga vida como
publicitario y ser humano normal (al menos esto último espero seguir siendo).
Propiciando la destitución de los Directores de los tres periódicos de mayor
difusión. A los ya dóciles no ha hecho falta amenazarles con nada, claro!
Con gran sentido del humor, mi admirado amigo José
Sanclemente, escribe en su blog quien se ha cargado a quien en la prensa
nacional. Y dice:
Al de El Mundo lo ha destituido Rajoy.
Al de La Vanguardia el Rey, aprovechando que el Sr. Conde es
Grande de España y por tanto se le puede exigir.
Al de El Pais, han sido los bancos.
No solo existe esta mediocridad y maldad a nivel nacional.
En las nacionalidades y regiones pasa tres cuartos de lo mismo. Hace unos días
leí que el líder de ERC Oriol Junqueras, le había increpado a Artur Mas, por no
retirar la subvención a La Vanguardia, debido a su no alineamiento declarado con
las posturas soberanistas.
Y a mí me da la impresión de que esto no ha hecho más que
empezar.
Anteayer en el avión, vi una tontería de película
norteamericana, en la que el FBI detenía a un ladrón millonario por sus manejos
a través de las apuestas y el juego en el mundo on line.
Con enorme cinismo, cuando el detective le advierte del largo
tiempo que va a pasar entre rejas, el ladrón le espeta una frase al detective,
que no por sobradamente conocida, me dejó de impactar:
“Este país (USA) siempre ha sido muy condescendiente con los
delitos financieros; en ocho meses estaré fuera”.
La diferencia con nuestro país es que aquí eso solo pasa en
el peor de los casos, dado que la mayoría no llegan ni a entrar.
Ese es el mundo que controla a nuestros gobernantes.
Y ahora, así, controlando los medios de información, todos
estos sujetos harán que vivamos la ficción democrática, por la cual seguiremos
eligiéndolos ad infinitum.
En este caso vale la expresión de que
¡EL TIEMPO PASADO FUE MEJOR!
¡UNA AUTÉNTICA LÁSTIMA DE FUTURO!